El quesillo de Tucumán es un producto típico de la gastronomía del noroeste argentino, que se elabora a partir de leche de vaca o de cabra, cuajo y bacterias lácticas. Tiene una textura elástica y filante, y un sabor suave y agradable. Se suele consumir como postre, acompañado por miel, arrope o mermeladas de frutas locales.
¿Qué es el quesillo de Tucumán?
El quesillo de Tucumán es un tipo de queso fresco que se obtiene por hilado de una masa acidificada, producto intermedio obtenido por coagulación de la leche por medio de cuajo y complementada o no por la acción de bacterias lácticas específicas, de calidad apta para uso alimentario. Su aspecto es plano y redondo, y su color puede variar desde el blanco al amarillento, dependiendo de la leche utilizada y del grado de maduración.
El quesillo de Tucumán tiene su origen en la época colonial española, cuando se combinaron productos y costumbres europeas con recetas criollas. Se elabora a partir de recetas tradicionales que se conservan, principalmente en las historias de los pequeños productores. Muchos de ellos son mujeres que transmiten su saber hacer de generación en generación. El proceso de elaboración del quesillo implica cocinar la cuajada, para luego amasarla en caliente, utilizando una técnica similar a la de fabricación de mozzarella.
El quesillo de Tucumán es un producto muy apreciado en la región, tanto por su valor nutritivo como por su sabor. Es rico en proteínas, calcio y fósforo, y tiene un bajo contenido en grasa. Su sabor es suave y ligeramente ácido, lo que lo hace ideal para combinarlo con dulces regionales como el arrope, el dulce de cayote, el dulce de membrillo o el dulce de batata. También se puede consumir solo o con pan.
¿Dónde se produce el quesillo de Tucumán?
El quesillo de Tucumán se produce principalmente en las provincias de Tucumán y Catamarca, pero también se puede encontrar en Salta, Jujuy y Santiago del Estero. Las principales zonas productoras son los valles Calchaquíes, Tafí del Valle y Amaicha del Valle. Allí se crían las cabras y las vacas que proveen la leche para la elaboración del quesillo.
El quesillo de Tucumán se elabora en salas acondicionadas para tal fin, donde se respetan las normas sanitarias y de calidad. La producción es artesanal y familiar, lo que le confiere al producto un carácter único y auténtico. El quesillo se convirtió en una fuente de ingreso para muchas familias rurales, que lo venden como producto típico a turistas, restaurantes y casas de productos regionales.
¿Cómo se reconoce el quesillo de Tucumán?
El quesillo de Tucumán tiene unas características distintivas que lo diferencian de otros tipos de quesos frescos. Algunas de ellas son:
- Su forma plana y redonda, con un diámetro que oscila entre los 10 y los 15 cm.
- Su peso, que varía entre los 200 y los 300 gramos.
- Su textura elástica y filante, que permite estirar el queso sin romperlo.
- Su color blanco o amarillento, según la leche utilizada y el grado de maduración.
- Su sabor suave y ligeramente ácido, con notas lácticas y herbales.
Para reconocer el quesillo de Tucumán se debe observar su etiqueta, donde debe figurar el nombre del producto, el origen geográfico, el tipo de leche empleada, la fecha de elaboración y vencimiento, el número de registro sanitario y los datos del elaborador. Además, se debe verificar que el producto tenga un aspecto homogéneo, sin grietas ni manchas; que tenga un olor agradable y característico; y que tenga una consistencia firme pero tierna al tacto.
¿Cómo se conserva el quesillo de Tucumán?
El quesillo de Tucumán es un producto fresco que requiere de una adecuada conservación para mantener sus propiedades organolépticas y evitar el deterioro. Algunas recomendaciones para su conservación son:
- Guardarlo en la heladera, dentro de un recipiente hermético o envuelto en papel film, para evitar la pérdida de humedad y el contacto con otros alimentos.
- Consumirlo dentro de los 15 días posteriores a su elaboración, ya que es un producto perecedero que puede desarrollar microorganismos patógenos si se almacena por más tiempo.
- No congelarlo, ya que se altera su textura y sabor.
- No exponerlo a altas temperaturas ni a la luz solar directa, ya que se acelera su descomposición.
¿Dónde se puede comprar el quesillo de Tucumán?
El quesillo de Tucumán se puede comprar en distintos lugares, tanto en la región como en otras partes del país. Algunas opciones son:
- En las ferias y mercados regionales, donde se puede encontrar el producto directamente de los productores o de los intermediarios. Allí se puede apreciar la variedad y la calidad del quesillo, así como negociar el precio y la cantidad.
- En las casas de productos regionales, donde se ofrece el quesillo junto con otros productos típicos como dulces, vinos, licores, artesanías, etc. Allí se puede encontrar el producto envasado y etiquetado, con garantía de origen y calidad.
- En los supermercados y almacenes, donde se puede encontrar el quesillo en la sección de lácteos o de productos regionales. Allí se puede acceder al producto con mayor comodidad y seguridad, pero a un precio más elevado y con menor variedad.
- En las tiendas online, donde se puede comprar el quesillo a través de internet y recibirlo en el domicilio. Allí se puede acceder al producto con mayor facilidad y rapidez, pero se debe tener en cuenta el costo del envío y las condiciones de entrega.
¿Cómo se prepara el quesillo de Tucumán?
El quesillo de Tucumán es un producto versátil que se puede consumir de distintas formas, según el gusto y la ocasión. Algunas formas de prepararlo son:
- Como postre, acompañado por miel, arrope o mermeladas de frutas locales como cayote, membrillo, batata o higo. Esta es la forma más tradicional y popular de comer el quesillo, ya que combina su sabor suave con el dulzor y la acidez de los acompañantes.
- Como entrada o snack, cortado en trozos pequeños y servido con pan casero o tostado. Esta es una forma sencilla y rápida de disfrutar del quesillo, ideal para compartir con amigos o familiares.
- Como ingrediente para ensaladas, sopas, tartas o empanadas. Esta es una forma creativa y nutritiva de incorporar el quesillo a otras preparaciones culinarias, aportando su textura y sabor.
¿Qué beneficios tiene el quesillo de Tucumán?
El quesillo de Tucumán es un producto que tiene varios beneficios para la salud y el bienestar. Algunos de ellos son:
- Es rico en proteínas de alto valor biológico, que contribuyen al crecimiento y mantenimiento de los tejidos corporales.
- Es fuente de calcio y fósforo, que favorecen la salud ósea y dental.
- Es bajo en grasa y colesterol, lo que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.
- Es fácil de digerir y asimilar, lo que evita problemas gastrointestinales.
- Es un alimento natural y artesanal, que respeta el medio ambiente y la cultura local.